Bienvenidos y bienvenidas a esta sección de Recetas con Harina. Si hay un ingrediente que merece un aplauso de pie, es la harina. Barata, noble, versátil y encima se lleva bien con todo.
En esta página van a encontrar un buen surtido de recetas con harina, desde esas salvadoras que se hacen sin pensar mucho, hasta las que implican un poquito más de esfuerzo, pero que vale la pena.
Hablar de recetas con harina es abrir la puerta a una cocina infinita: panes, tortas, tartas, empanadas, pizzas, buñuelos, fideos… la lista sigue y sigue. Si hay algo que no se puede negar, es que es un ingrediente que está presente en más recetas de las que creemos.
En el desayuno, la merienda o la cena, siempre hay alguna excusa para una buena masa. Lo lindo es que las recetas con harina se adaptan: puede ser la base de un plato simple y rápido o el punto de partida para una obra de arte comestible.
Las comidas con harina pueden ser súper elaboradas, y llevar muchísimo tiempo, o ser tan simples como un panqueque, o utilizarse para darle consistencia a una salsa. Esa es la gracia.
Un día tenemos tiempo y podemos hacer unos fideos caseros desde cero, otro día tenemos hambre y hacemos una pizza rápida en la sartén. Siempre hay recetas con harina que se adaptan al humor y a lo que tenemos en la cocina.
Aunque no es lo más común, también se puede hacer harina en casa, sobre todo las que no son de trigo, como la harina de almendras, la harina de avena o la harina de coco, que se usan para platos con harina más ligeros.
Si pensamos en cómo hacer harina, no es tan difícil si se tiene una buena licuadora, procesadora o un simple mortero. Ideal para quienes buscan opciones sin gluten o harinas alternativas.
La harina se lleva bien con casi todo. En el mundo de las comidas con harina, no hay masa que no mejore con un buen chorrito de aceite o una cucharada generosa de manteca.
En el universo dulce, combinar harina con azúcar, chocolate, frutas o un poco de ralladura de cítricos es garantía de éxito. También vale jugar con semillas, frutos secos o especias como la canela para darle personalidad a la mezcla. Así de simple y de sabroso.
Cuando estamos indecisos y el estómago empieza a hacer ruidos, la harina aparece como la amiga que siempre tiene plan. No hace falta complicarse: una pizza casera, unas tartas saladas con lo que haya en la heladera, o unas tortillas de harina (rapiditas) para combinar con verduras, queso o carnes.
Si hay un poco de harina y algo de imaginación, se puede armar una comida completa, como unas pastas caseras, y pan baguette para mojar en la salsa. Unos panqueques con dulce de leche para el postre, y hasta un budín de limón para el café.