¡Hola amigos de Paulina Cocina! Hoy vamos a hablar de los cavatelli, una pasta italiana muy fácil de hacer, que no necesita ni huevo, ni máquina, ni nada raro. Solo harina (o sémola), agua, y ganas de jugar con la masa.
En este artículo vamos a ver cómo hacer cavatelli, de qué se trata esta pasta fresca casera que se parece a los ñoquis pero con una personalidad bien marcada. Las variantes que existen, como los cavatelli con ricota o los cavatelli con brócoli y ajo como manda la tradición del sur de Italia.
Además, van a encontrar consejos para dar forma a los cavatelli sin volverse locos, con los dedos o con un tenedor, según el estilo, ideas para salsas. Y al final, como se debe, les dejamos la receta de cavatelli paso a paso con ingredientes y tiempos. Todo para que puedan disfrutar de estos deliciosos y rústicos cavatelli caseros en su máxima expresión.
Tabla de Contenidos
Sobre los Cavatelli
La palabra cavatelli viene del italiano “cavare”, que significa cavar o hacer una cuevita. Y es exactamente eso: una pasta con forma de rollito hueco, perfecta para atrapar cualquier salsa que se le ponga encima. Se los suele comparar con los ñoquis por la textura, especialmente si llevan ricota o papa en la masa, aunque en su forma más tradicional no llevan ni uno ni lo otro.
Son típicos del sur de Italia, especialmente de regiones como Molise y Puglia, y son un emblema de la cocina italiana casera, esa que se hace sin complicaciones, con ingredientes nobles y a mano. Porque sí, los cavatelli se hacen con las mano, como antes, como en la casa de la nonna.
El origen y la historia de los cavatelli
Los cavatelli tienen raíces humildes, como muchas joyas de la gastronomía. Nacieron en el sur de Italia, donde el trigo duro era abundante pero los recursos no tanto. En vez de usar huevos, que eran caros y escasos, se recurría a la simpleza: sémola, agua y mucho cariño.
Eran (y siguen siendo) la pasta de las grandes reuniones familiares, de las abuelas amasando en la mesa de madera y de los domingos largos con la olla burbujeando en la cocina. Una receta que pasó de generación en generación y que hoy llega a nuestras cocinas con todo su encanto intacto.
La masa y la técnica propia de los cavatelli caseros
La masa de los cavatelli se hace con sémola de trigo duro y agua. No lleva huevo, lo que la vuelve más firme, menos elástica, y mucho más fácil de manejar para los que recién empiezan. Esta textura hace que sea ideal para salsas pesadas, porque no se deshacen ni se pasan fácil.
El paso más divertido de la receta es el armado. Para darles forma, se corta la masa en pequeños trozos y se arrastran con el dedo contra la mesa, o contra una tabla de ñoquis o un tenedor. Esa presión crea una cavidad que va a “abrazar” la salsa después. No tiene que quedar perfecto. De hecho, mientras más irregulares, más caseros se ven.
9 Características de la receta de cavatelli
- Sin huevo: Una pasta vegana, fácil y económica.
- Textura firme: Perfecta para acompañar con ragú o cremas espesas.
- Versatilidad: Se pueden hacer con ricota, reemplazándola por una parte de la harina para una textura más suave.
- Congelables: Primero se congelan en una bandeja con un poco de harina, bien separados. Después se pasan a una bolsa y duran hasta 2 meses.
- Sin máquina de pasta: Todo a mano, todo corazón.
- Pocos ingredientes: Harina (o sémola) y agua como base, sin vueltas.
- Rendidores: Con una porción chica de masa salen un montón.
- Cocción rápida: Se cocinan entre 2 y 4 minutos. Cuando flotan, están listos.
- Súper combinables: Van bien con brócoli, hongos, panceta, tomate, lo que se les ocurra.
6 Ideas de salsa para cavatelli
- Alla boscaiola (la campeona otoñal): Clásica del centro y sur de Italia. Lleva panceta, champiñones, ajo, vino blanco y crema. Es cremosa, rústica y con mucho sabor. Ideal para una comida potente y reconfortante.
- Con brócoli, ajo y aceite de oliva (pugliese style): Súper tradicional del sur de Italia. Se saltea el brócoli blanqueado con ajo en oliva, se pisa un poco para que se desarme y se mezcla con los cavatelli. Se le puede sumar un toque de peperoncino y queso rallado. Sencilla, pero inolvidable.
- Salsa de tomate casera con albahaca: Un clásico que nunca falla. Tomates perita, un poco de cebolla, ajo y albahaca fresca. Ligera, pero con el sabor justo para que brillen sin perder su personalidad.
- Ragú de carne o de cerdo: Una cocción lenta y amorosa de carne con tomate, vino tinto y hierbas. Es espesa, intensa, y queda espectacular en los huequitos de los cavatelli. Una salsa para días fríos y estómagos entusiastas.
- Ricota y espinaca / Ricota y nueces: Ideal para los cavatelli con ricota. Una mezcla suave y cremosa de ricota fresca, espinaca salteada o nueces tostadas, un poco de parmesano y nuez moscada. Queda muy bien con un chorrito de manteca derretida por encima.
- Salsas picantes con peperoncino y tomates secos: Si les gusta lo especiado, una base de ajo dorado, aceite de oliva, peperoncino y tomates secos en tiras le da a esta pasta un toque bien mediterráneo.
Consejos finales para unos cavatelli inolvidables
- Usar sémola o semolín si se puede. No es caro y mejora mucho la textura.
- Amasar con cariño. La masa debe ser firme pero no seca.
- Para la versión de cavatelli con ricota, escurrirla bien antes para que no quede aguachenta.
- Dejar reposar la masa media hora antes de cortarla. Gana elasticidad.
- Hacer los rollitos bien finos antes de cortar, como si fueran para ñoquis.
- Formar los cavatelli sobre una superficie apenas enharinada, para que no se peguen.
- No sobrecocinar. En cuanto floten,colar o retirar con espumadera..
- Si sobran sin cocción, se pueden congelar. Y si no sobran, también es buena señal.
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Receta de cavatelli
Rinde: 2-3 porciones
Tiempo de preparación: 1 hora (aproximadamente)
Ingredientes
- 250 g de sémola (puede ser semolín fino)
- 120 ml de agua tibia (ajustar según la humedad de la masa)
- ½ cucharadita de sal
- Opcional: 100 g de ricota fresca bien escurrida
- Harina común para espolvorear
Cómo hacer cavatelli paso a paso
- Mezclar la sémola con la sal en un bowl grande. Si se usa ricota, incorporarla ahora, bien escurrida.
- Agregar el agua tibia de a poco mientras se mezcla con la mano o cuchara hasta formar una masa. Si se incorporó ricota, ajustar la cantidad de agua: puede requerir menos.
- Amasar sobre la mesada durante unos 10 minutos, hasta lograr una masa firme, suave y que no se pegue. Agregar un poco más de sémola si es necesario. Tapar con un paño y dejar descansar a temperatura ambiente por 30 minutos.
- Dividir en porciones y hacer rollitos finos. Cortar pedacitos de 1,5 cm de grosor y darles forma arrastrando con el dedo, un tenedor o tabla de ñoquis. Dándole forma con una leve curvatura.
- Disponer la pasta en una bandeja espolvoreada con harina para que no se peguen. Cubrir con un paño si no se cocinan de inmediato, o congelar.
- Cocinar en agua hirviendo con sal. Cuando suben a la superficie, están listos (aproximadamente 2-3 minutos).
- Servir con la salsa elegida, bien calentita.