¡Hola linda gente de la comunidad de Paulina Cocina! Hoy les queremos compartir una receta con mucha historia, que viene desde las tierras de Galicia, España: la tarta de Santiago. No, no es la tarta de tu primo, ni la del hijo de la vecina, sino una tarta que lleva ese nombre en honor a la ciudad en donde se originó, Santiago de Compostela.
Esta delicia, que no lleva harina, es una receta fácil que sólo necesita 4 ingredientes y se disfruta como un postre o como una tarta dulce para comer a la hora del té, con un café con leche, o con unos ricos mates si estás en Argentina.
En esta nota les contamos de qué se trata esta tarta dulce con nombre propio, les pasamos algunos datos de su antigua historia, algo sobre el origen de su nombre y, como siempre, una receta para prepararla en casa.
La tarta de Santiago es un postre típico de la región de Galicia, en el noroeste de España. Esta tarta tradicional, se hace a base de almendras, azúcar, huevos y ralladura de limón, y es famosa por tener una textura húmeda, esponjosa, suave y deliciosa.
Otro dato interesante de esta receta, además de su historia, es que se prepara sin harina de trigo, por lo que es apta para personas con celiaquía. Lo habitual es hornearla en un molde redondo, y decorarla con azúcar glas (o impalpable). Como detalle suele llevar un diseño de la Cruz de Santiago, que es un símbolo religioso de la región.
Se cree que esta tarta, de origen medieval, se originó en el Monasterio de San Pelayo de Antealtares, en Santiago de Compostela, y que se elaboraba para los peregrinos que llegaban a la ciudad después de completar el Camino de Santiago.
El nombre de la tarta de Santiago se asocia con el Camino de Santiago, una ruta de peregrinación que atrae a miles de visitantes cada año. Esta ruta recorre diversas ciudades y pueblos de España y Francia, con el objetivo de llegar a la ciudad de Santiago de Compostela en Galicia, donde se encuentra la tumba del Apóstol Santiago.
Según la leyenda, la tarta se originó en el siglo XVI, cuando un peregrino que había terminado el Camino de Santiago llegó a la ciudad de Santiago de Compostela y los frailes de la orden franciscana le ofrecieron esta tarta. Desde entonces, la tarta se ha convertido en un símbolo indiscutido de la región y se ha popularizado en toda España.
Aunque no se sabe con certeza quién inventó la receta de la tarta de Santiago, se cree que originalmente se la llamaba “torta real” y hay registros de esta receta en el año 1577, cuando se la sirvió por primera vez a los peregrinos que llegaban a Santiago de Compostela.
Un tiempo después, entre el año 1835 y 1838, aparecieron unas notas sobre la receta en el cuaderno de confitería de un confitero de la región, llamado Luis Bartolomé de Leybar pero, en lugar de tarta de almendras o tarta real, llevaba el nombre de “bizcocho de almendras”. Ese cuaderno aún se conserva en la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago
En el año 2006 la tarta de Santiago fue registrada como de “Indicación Geográfica Protegida” (IGP), una certificación otorgada por la Unión Europea que protege y garantiza la calidad y autenticidad de productos alimenticios, con características específicas relacionadas con su origen geográfico y su elaboración.
La IGP “Tarta de Santiago” establece las características y requisitos necesarios para que una tarta pueda ser considerada como auténtica y original de Santiago de Compostela. Algunos de esos requisitos son: el uso de almendras molidas, huevo, azúcar y limón, y la ausencia de ingredientes como la harina, la levadura o la canela.
La receta original de la tarta de Santiago es muy sencilla y se ha mantenido prácticamente inalterada durante siglos. Como dijimos anteriormente, es tan simple como: almendras molidas, azúcar, huevos y ralladura de limón. La proporción de almendras y azúcar es equilibrada, lo que le da a la tarta su característico sabor dulce y aromático. Además, la ralladura de limón le da un toque de frescura y perfume.
Algunos consejos para que la tarta de Santiago salga perfecta: