Buñuelos de viento, tan ligeros como deliciosos

¡Vuela vuela! Como dice la canción: no te hace falta equipaje, sólo probar estos increíbles buñuelos de viento. Todos somos fans de algún tipo de buñuelos pero la particularidad de estos es que realmente son tremendamente ligeros.

En realidad se comen en todo el mundo y aunque los buñuelos de viento son conocidos por ese nombre en los países de habla hispana, en otros lugares se les conoce de otra manera. En Italia se les llama “zeppole”, en Francia “beignets soufflés”, y en Portugal “sonhos”. Y los de hoy los vamos a llamar caseros porque sí, los vamos a hacer en casa.

Sobre los buñuelos de viento

Se cree que los buñuelos ya se consumían en la antigua Roma y en la época de la Edad Media… Ya se imaginarán que en tantos años la receta de fue perfeccionando de muchas maneras. Si bien tienen origen europeo, también son muy queridos en varios países de América Latina.

Tradicionales buñuelos de viento españoles

Los buñuelos de viento son un delicioso postre frito, esponjoso y ligero que es muy popular en España y otros países de habla hispana. Estos buñuelos se caracterizan por su textura suave y su interior hueco, similar a una pequeña bola de aire. 

Los buñuelos de viento tienen una larga tradición en la cocina española y están asociados especialmente con las celebraciones de Carnaval y Semana Santa. Sin embargo, también se pueden encontrar en pastelerías y hogares durante todo el año.

La historia exacta del origen de los buñuelos de viento es difícil de rastrear, ya que los dulces fritos similares han sido una parte de la gastronomía en diferentes culturas durante siglos. Sin embargo, se cree que tienen una larga historia en Europa, especialmente en España, donde han sido parte de la tradición culinaria durante muchos siglos. 

Los buñuelos, en general, tienen sus raíces en la cocina árabe medieval, donde ya se hacían buñuelos dulces y salados. Con el tiempo, estas preparaciones se extendieron por Europa y se convirtieron en una parte importante de la gastronomía española. Es probable que la receta tradicional de buñuelos de viento haya evolucionado a lo largo del tiempo, perfeccionando su técnica de preparación, hasta convertirse en el postre que conocemos hoy en día.

Si se preguntaban ¿por qué se llaman buñuelos de viento?

La denominación “buñuelos de viento” tiene su origen en la característica esponjosa y ligera de estos deliciosos dulces. La palabra “viento” en este contexto se refiere a la presencia de aire o gas en el interior de los buñuelos. 

Cuando se fríen en aceite caliente, la masa contiene pequeñas burbujas de aire atrapadas, lo que provoca que los buñuelos se inflen y adquieran una textura suave y esponjosa, similar a una pequeña bola de aire. Esta cualidad ha llevado a la comparación con el aire o el viento, lo que resultó en la denominación “buñuelos de viento“.

Buñuelos de aire y buñuelos de santo son términos que también se utilizan para referirse a los buñuelos de viento en algunas regiones de habla hispana. En esencia, son lo mismo: pequeñas bolas de masa fritas y esponjosas. La diferencia puede radicar en la presentación o el tipo de relleno que se le da a los buñuelos, lo que puede variar según la tradición local.

La herramienta especial para los buñuelos de viento

Para hacer buñuelos de viento, se requiere una herramienta o utensilio específico para formar las porciones de masa antes de freírlas. Esta herramienta se conoce comúnmente como “manga pastelera”. Una manga pastelera es un dispositivo de repostería que consta de una bolsa de tela o plástico con una boquilla en uno de los extremos. 

La masa de buñuelos se coloca dentro de la manga pastelera, y luego se exprime a través de la boquilla para formar pequeñas porciones en el aceite caliente. La manga pastelera permite dar forma de manera precisa y uniforme a los buñuelos de viento, lo que facilita el proceso de fritura y garantiza que los buñuelos tengan su característica esponjosa y hueca.

Aclaración antes de ir a la receta de buñuelos de viento

Cuando los buñuelos no suben adecuadamente durante el proceso de fritura, pueden tener varias posibles causas. Una de las razones principales puede ser el exceso o la falta de levadura en la masa. Si hay demasiada levadura, los buñuelos pueden inflarse en exceso y volverse densos o gomosos. 

Por otro lado, si no hay suficiente levadura, los buñuelos pueden quedar planos y no desarrollar su característica esponjosidad.

Otra causa puede ser la temperatura del aceite. Si el aceite no está lo suficientemente caliente, los buñuelos pueden absorber más grasa y no subir adecuadamente. También es importante asegurarse de que la masa no esté demasiado líquida, ya que esto también puede afectar la capacidad de los buñuelos para inflarse correctamente.

En ocasiones, problemas con la técnica de fritura o la forma en que se colocan los buñuelos en el aceite pueden afectar su capacidad para subir. Si los buñuelos de viento se agitan o mueven demasiado mientras se fríen, pueden colapsar y no adquirir su textura esponjosa. Esto mismo pasa con todos los tipos de buñuelos como los buñuelos de calabaza.

Ahora tenemos todas las herramientas y datos para hacer los mejores buñuelos al viento que probarán.

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Receta de buñuelos de viento

Rinde: 20 buñuelos

Tiempo de preparación: 40 minutos

Ingredientes

  • 250 ml de agua
  • 100 gr de mantequilla
  • 150 gr de harina de trigo
  • 4 huevos
  • 1 pizca de sal
  • Aceite vegetal para freír
  • Azúcar glas

Cómo hacer buñuelos de viento

  1. En una cacerola llevar a ebullición el agua, la manteca y la pizca de sal. Reducir el fuego y agregar toda la harina, remover rápidamente con cuchara de madera hasta formar una bola. Retirar del fuego y dejar enfriar unos minutos.
  2. Agregar los huevos uno por uno, asegurándose de incorporar antes de agregar el siguiente. Cuando la masa quede suave y homogénea, poner en una manga pastelera.
  3. Calentar abundante aceite en una sartén grande a fuego medio. Con  la manga pastelera formar pequeñas bolas de masa del tamaño de una nuez en el aceite caliente bastante separadas ya que necesitan espacio para inflarse.
  4. Freír durante 3-4 minutos hasta que se inflen y queden dorados. Retirar con una espumadera y colocar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Espolvorear con azúcar glas mientras aún están calientes.
  5. Servir los buñuelos de viento calientes.
Paulina Cocina
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Paulina Cocina