Quizás deberíamos decir bonjour pero esta receta no es originaria de Francia a pesar de su nombre, así que les decimos como siempre: ¡Hola queridos amigos y amigas de Paulina Cocina! Bienvenidos a nuestro blog y a esta receta con un nombre que se confunde con su nombre y aspecto… ¿Es una lasagna, es un sándwich, es dulce o salada? Si! Hoy preparamos una riquísima francesinha!
A diferencia de la mayoría de las recetas que tienen orígenes antiguos, difusos y con muchas versiones, en el caso de la francesinha es totalmente diferente. Siendo una receta bastante moderna, se pudo documentar muy bien el origen de su nombre, receta y diferentes versiones. Digamos que su historia es tan simple como su preparación.
Antes de ver de qué se trata esta francesinha les voy a contar algo genial que es que la francesinha fue elegida en 2011 como una de las 7 maravillas gastronómicas de Portugal en una competición a nivel nacional donde participaron otros platos populares como el pollo a la portuguesa.
Esto la hizo un elemento totalmente icónico de la cultura de Portugal, más precisamente de Oporto (si, exactamente, donde se hace el vino).
Francesinha significa “pequeña francesa” en portugués. Se cree que este nombre se inspiró en el croque-monsieur, un sándwich de origen francés.
La francesinha es una especialidad de la ciudad de Oporto, en el norte de Portugal, y es un sándwich elaborado con varios tipos de carne, queso y una salsa a base de tomate y cerveza, que se gratina en el horno o en una parrilla antes de servir.
Debido a que no hay registros anteriores, su origen se sitúa en los años 60 cuando fue creada por el inmigrante portugués Daniel David Silva que había vivido en Francia.
Un día decidió combinar el croque-monsieur francés con los ingredientes portugueses que tenía a su disposición y salió este gran sándwich. Se trata de un plato bastante moderno que enseguida por sus características se expandió por otras regiones portuguesas.
Como la francesinha es un plato muy calórico, en algunos restaurantes de Oporto se ofrecen en dos tamaños diferentes. Está la “media” francesinha que rinde para una persona y la “completa” francesinha que usualmente es para compartir.
Aunque es tan deliciosa que si una sola persona come la completa estaría totalmente justificado y entendido, sobre todo porque es habitual que se acompañe con vino o cerveza.
La salsa que se utiliza en la francesinha es un ingrediente clave del plato y su receta puede variar de un lugar a otro. Algunos lugares añaden cerveza, otros vino, e incluso hay quienes le agregan brandy o whisky.
La francesinha es un sandwich muy sabroso y abundante que se puede comer de forma sencilla y rápida, algo muy buscado en las últimas décadas donde se necesitaba resolver la comida del día entre jornadas laborales o en un ritmo de vida ajetreado.
En algunos lugares se sirve con un huevo frito encima para que sea más sabrosa y sustanciosa. Hay algunas versiones vegetarianas de la francesinha que sustituyen la carne por proteína vegetal, tofu o champiñones, para adaptarse a las necesidades de los clientes vegetarianos o veganos.
Esta versatilidad también contribuyó a su popularidad ya que hizo su ingreso en todos los ámbitos culinarios posibles. Una verdadera “comida rápida” gourmet.
La receta original de la francesinha incluye varios tipos de carne, como jamón, linguiça, roast beef y salchichas frescas, así como queso fundido y una salsa a base de tomate, cerveza y otros ingredientes secretos que varían según el lugar donde se prepare. La receta a continuación es lo más fiel a la original.