Hay recetas que son como un abrazo: reconfortan, nos recuerdan a casa y siempre salen bien. La salsa napolitana es una de ellas. Este pilar de la cocina italiana es mucho más que simple tomate triturado; es una celebración de la simplicidad, el sabor y la tradición.
Preparar una buena salsa napolitana casera es un ritual. Es el aroma del ajo y la cebolla pochándose lentamente, el perfume de la albahaca fresca y el burbujeo suave del tomate. Es una de esas preparaciones que llenan la cocina de vida y prometen una comida memorable.
Tabla de Contenidos
Sobre la Salsa Napolitana
Originaria de Nápoles, como su nombre lo indica, la salsa napolitana es la base de innumerables platos. Su encanto reside en la calidad de sus pocos ingredientes. No necesita una lista interminable de componentes para brillar; solo buenos tomates, aceite de oliva, ajo, cebolla y albahaca fresca.
A diferencia de otras preparaciones más complejas como la salsa boloñesa, que incluye carne y una cocción mucho más prolongada, la napolitana es ligera, fresca y vegetariana. Es la compañera ideal para un buen plato de pasta, pero su versatilidad no termina ahí.

Salsa napolitana vs salsa pomodoro: diferencias clave
Es una pregunta muy común. Aunque ambas son salsas de tomate italianas, tienen sus matices. La salsa pomodoro suele ser más simple, a veces solo con tomate, ajo, aceite y albahaca, buscando una textura más lisa.
La salsa napolitana, en cambio, tradicionalmente incorpora cebolla y zanahoria finamente picadas para darle una base de sabor más profunda y una textura con más cuerpo.
Tip para lograr una salsa napolitana perfecta: El secreto de una gran salsa napolitana está en la paciencia. Hay que dejar que la cebolla y el ajo se cocinen a fuego muy bajo hasta que estén transparentes y dulces, sin tomar color. Este paso, conocido como “sofrito”, construye la base de sabor que hará que la salsa sea inolvidable.
Cómo debe ser una salsa napolitana ideal (textura y sabor)
- Sabor equilibrado: ni muy ácida ni muy dulce. La cocción lenta del tomate y el dulzor de la cebolla y la zanahoria ayudan a lograr este equilibrio.
- Textura ideal: no debe ser ni un puré líquido ni una pasta espesa. Tiene que tener cuerpo, con pequeños trozos de vegetales que se sientan en la boca.
- Aroma fresco: la albahaca, añadida al final de la cocción, es clave para darle ese perfume fresco y característico que nos transporta a Italia.

Cómo usar la salsa napolitana: ideas y recetas clásicas
La versatilidad es una de sus grandes virtudes. Esta salsa es la base perfecta para muchísimos platos. Aquí algunas ideas:
- Para pastas: es el uso más clásico. Funciona con cualquier tipo de pasta, desde espaguetis hasta penne rigate. Un poco de queso parmesano rallado por encima y listo.
- Para pizza: una capa de esta salsa es el comienzo de una pizza increíble. Su sabor complementa perfectamente el queso y los demás ingredientes. Si te animás, podés probarla con nuestra receta de masa para pizza casera.
- Para carnes: ideal para acompañar un pollo a la plancha, unas milanesas o unas albóndigas. Las famosas “milanesas a la napolitana” llevan este nombre por la salsa, no por la ciudad.
- Para lasañas y canelones: es un componente esencial en la construcción de estos platos horneados.
Variantes y trucos para personalizar tu salsa napolitana
Aunque la receta tradicional es maravillosa, se pueden hacer pequeñas modificaciones. Se le puede añadir un poco de pimiento rojo picado al sofrito para un toque extra de dulzor, o una pizca de ají molido o peperoncino si se busca un sabor picante.
Una receta para guardar y hacer una y otra vez. La base para muchísimas comidas!
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Receta de salsa napolitana tradicional
Rinde: 4-6 porciones
Tiempo de preparación: 50 minutos
Ingredientes
- 1 kg de tomates maduros (o 2 latas de tomate triturado de 400g)
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 4 cdas. de aceite de oliva virgen extra
- Un manojo de albahaca fresca
- 1 cdita. de azúcar (opcional, para corregir acidez)
- Sal
- Pimienta
Cómo hacer salsa napolitana paso a paso
- Picar la cebolla y el ajo en trozos muy pequeños (brunoise).
- En una olla grande o cacerola, calentar el aceite de oliva a fuego medio-bajo. Añadir la cebolla y el ajo.
- Cocinar lentamente durante unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla esté transparente. No debe dorarse.
- Si se usan tomates frescos, hacerles un corte en cruz en la base y escaldarlos en agua hirviendo por 30 segundos. Retirarlos, pasarlos por agua fría y pelarlos. Luego, picarlos en cubos pequeños.
- Subir el fuego a medio, añadir el tomate a la olla (fresco o de lata). Sazonar con sal y pimienta a gusto.
- Llevar a ebullición y luego bajar el fuego al mínimo. Dejar cocinar la salsa durante al menos 30-40 minutos, semi-tapada, removiendo ocasionalmente para que no se pegue.
- Probar la salsa. Si está un poco ácida, se puede añadir la cucharadita de azúcar para equilibrar el sabor.
- Cuando la salsa haya espesado y los sabores se hayan concentrado, retirar del fuego. Añadir las hojas de albahaca fresca, remover y dejar reposar unos minutos antes de servir.

Preguntas frecuentes sobre la salsa napolitana
¿Qué lleva la salsa napolitana?
Los ingredientes básicos son tomates (preferiblemente frescos y maduros o de buena calidad en lata), cebolla, ajo, zanahoria, aceite de oliva virgen extra y albahaca fresca. Algunas recetas pueden incluir apio en el sofrito.
¿Qué diferencia hay entre la salsa napolitana y la boloñesa?
La principal diferencia es la carne. La boloñesa es un ragú a base de carne picada (generalmente de ternera y cerdo) y su cocción es mucho más larga y lenta. La napolitana es una salsa vegetariana, más ligera y fresca.
¿Cuánto dura la salsa napolitana en la nevera?
Una vez fría, se puede guardar en un recipiente hermético en la nevera durante 4-5 días. También se puede congelar en porciones para tenerla siempre a mano, donde durará hasta 3 meses.