¡Hola! Hoy en Paulina Cocina vamos a hablar de un pescado que es una verdadera joya oculta en las pescaderías: el abadejo.
Quizás lo vieron mil veces y no se animaron a llevarlo, o tal vez es su pescado de cabecera.
Sea como sea, este post es para ustedes, porque el abadejo es económico, versátil y, si se sabe cómo tratarlo, absolutamente delicioso. Este pescado blanco es famoso por su carne suave y su sabor delicado, lo que lo convierte en un lienzo perfecto para un montón de preparaciones.
Aquí vamos a desvelar todos sus secretos: qué es exactamente, cómo diferenciarlo de otros pescados y, lo más importante, cómo cocinar abadejo para que quede jugoso y espectacular.
Sobre el Abadejo
El abadejo es un pescado blanco de agua salada que pertenece a la misma familia que el bacalao. Por eso, a menudo se los confunde, aunque tienen sus diferencias.
El abadejo es un pescado con pocas espinas. Su espina central es grande y fácil de retirar, y los filetes suelen venir muy limpios. Esto lo hace ideal para los más pequeños de la casa y para aquellos a los que no les gusta andar peleando con las espinas.
Vive principalmente en el Atlántico Norte, y es muy apreciado en la gastronomía española, especialmente en el norte. También se lo puede conocer como badexo, o abadexo, sobre todo en Galicia.
¿Cuál es la diferencia entre el abadejo y el bacalao?
Aunque son parientes cercanos, no son lo mismo. La principal diferencia radica en el sabor y la textura.
- El bacalao tiene una carne que se separa en lascas más grandes y firmes, y un sabor más pronunciado. Hay muchas recetas con bacalao deliciosas y para chuparse los dedos.
- El abadejo, en cambio, posee una carne más tierna, jugosa y un sabor más suave, lo que lo hace perfecto para recetas donde no queremos que el pescado domine por completo.
Otra diferencia clave es el precio: el abadejo suele ser más económico que el bacalao, lo que lo convierte en una opción fantástica para el día a día sin sacrificar calidad.
Diferencias entre el abadejo y la merluza: familia de pescados blancos
La merluza es otro de los pescados blancos estrella, pero también tiene sus particularidades. La carne de la merluza es muy delicada y tiende a desmenuzarse con facilidad.
El abadejo, si bien es tierno, tiene una estructura un poco más firme que aguanta mejor cocciones más largas como los guisos. Para más ideas, pueden ver todos nuestros secretos para un pescado al horno perfecto.
¿Y el abadejo de Alaska?
Ojo que no es lo mismo. El abadejo de Alaska (o pollock) es otro pescado, más industrial, muy usado para bastoncitos de pescado, surimi (kanikama) y hamburguesas congeladas.
Tiene un sabor más neutro y textura más blanda. Sirve para recetas rápidas o económicas, pero no reemplaza al abadejo fresco del Atlántico, que es más sabroso y firme.
Cómo cocinar abadejo: 5 técnicas infalibles
La versatilidad es el segundo nombre del abadejo. Aquí les contamos cinco opciones de recetas con abadejo para que siempre quede increíble.
- Abadejo al horno: La cocción al horno es perfecta para el abadejo porque mantiene toda su jugosidad. Se puede cocinar sobre una cama de patatas, cebolla y pimientos, o simplemente con un chorrito de aceite de oliva, limón y hierbas aromáticas. Es una opción sana y que no requiere mucha atención.
- Abadejo a la plancha: Para un plato rápido y ligero, la plancha es la mejor aliada. Un buen filete de abadejo con piel (para que quede crujiente) vuelta y vuelta, con un poco de ajo y perejil, es una cena espectacular en menos de 10 minutos. El secreto es tener la plancha bien caliente para que se dore por fuera y quede tierno por dentro.
- Abadejo en guiso: Gracias a la firmeza de su carne, es ideal para guisos como la caldeirada callega, o como el chupín de pescado. Combina a la perfección con patatas, pimientos, guisantes (arvejas) y una buena salsa de tomate.
- Abadejo frito o rebozado: Un clásico que nunca falla. Cortado en trozos, pasado por harina y huevo (o una tempura ligera) y frito en aceite bien caliente. El resultado es un bocado crujiente por fuera y tierno por dentro. Ideal para acompañar con una buena ensalada o unas patatas fritas crocantes.
- Abadejo a la vasca: Una preparación tradicional que le va de maravilla. Se cocina en una cazuela con una salsa verde a base de ajo, perejil, vino blanco y, a menudo, se acompaña con almejas, espárragos y huevo duro. ¡Un plato de fiesta!
8 consejos para que el abadejo quede perfecto
- Compra inteligente: Buscar piezas de carne firme, blanca y brillante. Si es fresco, el olor debe ser a mar, nunca fuerte.
- Descongelado correcto: Si se usa el pescado congelado, descongelarlo lentamente en la nevera desde la noche anterior.
- Secar bien el pescado: Especialmente a la plancha, ayuda a que se dore bien.
- No sobrecocinar: Cuando la carne se separa fácil y se ve opaca, ya está.
- La piel es aliada: Ayuda a que no se deshaga el abadejo.
- Marinados rápidos: Ajo, limón, pimentón y aceite de oliva hacen magia en 20 minutos.
- El punto de sal: Salar justo antes de cocinar.
- Acompañamientos versátiles: Desde ensalada hasta puré o verduras al horno. También se puede servir con una salsa blanca, que le aporta cremosidad y queda muy sabroso.
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Receta de abadejo al horno con patatas y limón
Porciones: 4
Tiempo de preparación: 1 h 30 min
Ingredientes
- 4 filetes de abadejo (de unos 200g cada uno)
- 3 patatas grandes (papas)
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 1 limón
- Un chorro de vino blanco
- Aceite de oliva virgen extra
- Perejil fresco picado
- Sal
- Pimienta
Cómo hacer abadejo al horno paso a paso
- Cortar las verduras: Precalentar el horno a temperatura medio-alta (190°-200ºC). Pelar las patatas y cortarlas en rodajas finas, de medio centímetro aproximadamente. Cortar la cebolla en tiras no muy finas.
- Cocinar las verduras: En una fuente para horno, colocar una base de aceite de oliva. Disponer las rodajas de patata y la cebolla. Salpimentar, añadir un poco más de aceite por encima y hornear durante 20-25 minutos, hasta que las patatas empiecen a estar tiernas.
- Preparar el pescado: Secar bien los filetes con papel de cocina. Salpimentar por ambos lados.
- El adobo: Picar finamente los dientes de ajo y el perejil. Mezclarlos en un bol pequeño con un buen chorro de aceite de oliva y el zumo de medio limón.
- Hornear el pescado: Colocar los filetes sobre la cama de patatas y cebolla. Rociar con el vino blanco. Con una cuchara, repartir la mezcla de ajo, perejil y limón sobre cada filete de pescado. Colocar un par de rodajas de la otra mitad del limón por encima.
- Cocinar: Volver a meter la fuente en el horno y cocinar durante 15-20 minutos más, o hasta que el pescado esté blanco y se deshaga fácilmente. Servir inmediatamente, con las patatas y la cebolla como guarnición y salseando con los jugos de la fuente. ¡A disfrutar!