¿Pesto de menta?, ¿Paulina de qué estás hablando?, ¿qué carancho es un pesto de menta? La Gente Pesada siempre pregunta estas cosas.
He buscado en el librito de castigos (la Gente Pesada tiene un libro con castigos correspondientes para cada herejía culinaria) y no encontré castigo por hacer pesto de menta. Sí, en cambio, por llamar pesto a algo que no contenga estrictamente albahaca, ajo, piñones y queso rallado.
Así que bailé la Macarena 19 veces, como indicaban. Quedé agotada, pero libre de culpa para hacer en paz esta ensalada, que mi madre y mi hermana adoraron.
Ingredientes
para 1 ensalada mediana
- 2 tomates
- 10 hojas de menta (aprox., se entiende)
- 1 cdita. de semillas de girasol (pipas)
- 1 diente de ajo
- Sal, pimienta y aceite de oliva
Igual que el otro, pero con menta
1) Lavar las hojas de menta y ponerlas en el mortero junto con el ajo, las semillas de girasol, la sal y la pimienta. Morterear, morterar (o mixear, bah!). Cuando esté todo bien molido, agregar el aceite y formar una pasta espesa.
2) Cortar los tomates en rodajas, acomodarlos lindos y poner el pesto por encima. Yo los lloví con un poco de sal gruesa, eso es porque soy muy cool.
Preguntas de la teleaudiencia:
-Paulina, ¿se puede comer con pasta este pesto?
-Sí. Yo le pondría queso también.
-Paulina, ¿Te queda la boca fresca por la menta después de comer esta ensalada?
-¡Claro!
-Paulina, ¿dale a tu cuerpo alegría?
-Vaffanculo.
Ah! y si quieren ver la receta del pesto tradicional, aquí está el video (¡con Coquito!)