Cuando yo era chica e íbamos a la quinta de mi tío Infohuerta, en un momento de la tarde, sucedía esto:
Mi nonna, Masarotta, aparecía con una gran bolsa negra y un cuchillito pequeño y afilado. Sin decir nada, enfilaba hacia el portón. A la hora y media volvía con la bolsa negra llena de grelos, cardos y otros yuyos comestibles que encontraba en el camino.
City Bell era un lugar agreste que no conocía aún los hippies con Osde. La pileta no estaba construida aún pero el chorro de la bomba de agua salía con tal fuerza de la manguera que era más que suficiente.
Ahora debería venir la parte en la que Masarotta hacía una exquisitez de lo que juntaba en la calle, nos llamaba a la mesa y todos comíamos muy rico.
No. Eso nunca sucedió.
Yo no comía los yuyos de Masarotta. Era una nena, comía asado, papas fritas, pizza, pastas, ensalada de tomate como mucho.
Y Masarotta… seguro que la nonna Masarotta hacía exquisiteces con los yuyos, y seguro que alguna vez me los hicieron probar.
La cosa es que cada vez que pienso en grelos o en cardos me acuerdo de la bolsa negra de Masarotta, de su vida de campesina en Italia, de su huerta de post guerra en macetones argentinos.
– Hola Paulina, ¿cómo andás?, ¿te acordás de tu blog, que es un blog de cocina con humor, que tiene onda… ?, ¿qué es este bajón de la nonna Masarotta? Danos la ensalada de grelos, querés. Si sos una persona con sentimientos no queremos enterarnos acá.
Tenés razón, párense todos que nos despedimos bailando. ¡Chauuuuu, chauuuu!
*A little bit of Monica in my life, a little bit of Erica by my side…*
1. Lavar los grelos en agua tibia (mirá acá cómo limpiar los grelos).
2. Picar el ajo y saltearlo levemente en una olla profunda, que no quede tostado. En esta olla pondremos el resto de la ensalada de grelos.
3. Agregar los grilos apenas escurridos a la olla, poner el fuego en mínimo y tapar. Los de abajo tocarán el agua pero el resto estarán hechos al vapor.
4. Cuando los grilos se hayan desmayado y tengan un color fluorescente, quitar de la olla.
5. Pasar a la sartén en que teníamos el ajo y remover unos minutos, hasta que los grelos pierdan humedad y se integren con el ajo. No mucho, que no se cocinen demasiado. Pasar a una ensaladera.
6. Pelar el tomate y picarlo. Colocar (así, fresco), sobre los grelos. Salpimentar y llover con unas gotas de aceite de oliva.
6. Poner la panceta en el microondas hasta que esté dura y crocante (el tiempo depende del microondas. Si querés saber más detalles mirá el post: cómo hacer polvo de panceta). Triturarla hasta que sea un polvo fino. Llover con este polvo la ensalada de grelos.
Ver comentarios
Me quedo sorprendida. Soy gallega, de A Coruña, en España. Yo siempre pensé que los grelos era una verdura típica de Galicia y, como en el resto de España no se cultiva ni se utiliza, nunca imaginé que alguien los pudiese utilizar para otro plato que no sea CALDO GALLEGO.
Si puedes te animo a que lo pruebes. Eso sí, cuando haga frío, porque es un plato de invierno.
Hermosa la historia de la nonna Masarotta y sus yuyitos :)