Te digo una cosa, Marta: los jugos con apio son una maravilla maravillosa. Son frescos y aportan carácter a la cosa.
Además, el apio tiene unas propiedades saludables, entre las cuales están las siguientes:
Porque tiene efecto saciante y bajo aporte calórico
Porque contiene ftálido, un componente sedativo.
Porque reduce la acumulación de líquidos.
Aquí van entonces 3 propuestas que he hecho este verano en casa: un jugo con tallos de apio, otro con hojas y un agua saborizada. ¡Probalos! Son riquísimos y frescos.
Poner en la licuadora 2 limas dulces enteras (sí, enteras), 2 tallos de apio, agua, cubitos de hielo y azúcar (o endulzante elegido) a gusto. Licuar.
Nota sobre las limas enteras: Realmente ni las semillas ni la cáscara dejan sabor amargo al jugo. Pero hay que tener la precaución de tomarlo en el momento. Si por casualidad lo dejamos un par de horas refrigerado, ahí sí que aparecerá el sabor amargo.
Lo dicho: a la licuadora 1 naranja, 1 rodaja gruesa de ananá y varias hojas de apio. Agregar azúcar o el endulzante elegido y agua. Apretar ON por un minuto.
Poner en una jarra 6 frutillas cortadas en cuartos, 1 tallo de apio troceado, 2 rodajas de jengibre fresco. Agregar agua, azúcar o el endulzante elegido y hielo. Refrigerar por 2 horas. Servir colada.
Fuente de la información: Jugos Curativos.
