¡Aló amiguitos y amiguitas de Paulina Cocina! No hay nada más lindo que entrar a una casa y que huela a domingo.
¿Y qué es ese olor? ¡Salsa de tomate, obvio! El perfume del tomate cocido con ajo, albahaca y cebolla puede ser el conjuro mágico que abre el apetito y reúne a todos alrededor de la mesa.
En esta nota vamos a hablar largo y tendido sobre la salsa de tomate, cómo hacer una versión casera, natural, rica, versátil y que se pueda guardar (porque ya que te ponés a hacerla, hacé bastante para tener).
Vamos a tirar sus secretos, responder preguntas que todo el mundo se hace, y terminar con una receta paso a paso bien simple.
Así que si alguna vez se preguntaron cómo hacer salsa de tomate como la nonna (aunque no tengan una), quédense que esto se pone bueno.
Tabla de Contenidos
Sobre la Salsa de Tomate
La salsa de tomate es un básico que no puede faltar en ninguna cocina. Sirve para unas pastas caseras, para unas pizzas, para un arroz blanco que estaba medio triste… o para levantar el ánimo de cualquier comida que necesita algo de amor.
En su versión casera, esta salsa tiene algo especial: sabor real. No tiene conservantes raros ni gusto metálico. Además, permite jugar con los ingredientes: un poco más picante, más suave, con zanahoria, sin cebolla… Cada casa tiene su fórmula secreta de salsa de tomate.
¿Y lo mejor? Que hacerla no es nada del otro mundo. Solo hay que tener ganas, tiempo (una tarde nublada, ideal) y tomates lindos, como los que se ven en las pelis italianas.
Características que hacen única a la salsa de tomate casera
- Es rendidora: Con un kilo de tomates se puede sacar una buena cantidad de salsa. Ideal para freezar y tener a mano.
- Tiene sabor real: A diferencia de la salsa de tomate comercial, acá se siente el tomate de verdad, sin sorpresas.
- Se adapta a todo: Va bien con fideos caseros, unos bifes a la criolla, con tofu, con polenta… lo que se les ocurra.
- Se puede personalizar: Más ajo, menos aceite, con hierbas frescas, con un toque de vino… ¡hay mil variantes!
- Es saludable: Sin conservantes, sin kilos de azúcar escondida, sin “saborizante de tomate artificial tipo C”.
- Permite conservar tomates frescos: Si compraron muchos y no saben qué hacer, hacer salsa y guardar es la mejor forma de aprovecharlos.
- Es económica: Sobre todo si se hace en cantidad. Además en general los tomates frescos maduros son más baratos en la verdulería. Ahorran y comen mejor.
Datos importantes sobre la salsa de tomate casera
A la hora de preparar una salsa de tomate natural, hay pequeños truquitos que marcan la diferencia. Acá van algunos datos que valen oro:
Quitar la acidez de la salsa de tomate: Se puede agregar una cucharadita de azúcar, pero eso va a generar una salsa dulce que sólo encubre la acidez.
- Una buena opción es agregar zanahoria sin cáscara. Además es importante que la cocción sea larga y a fuego suave.
- Otra forma es agregar una cucharadita de bicarbonato de sodio. Una vez que la salsa está lista, agregar el bicarbonato y revolver hasta que se disuelva por completo.
Conservar la salsa de tomate casera en la heladera: Si se va a seguir usando hay que guardarla en la heladera, en un frasco bien cerrado, pero no más de 3 o 4 días.
Salsa de tomate congelada: La salsa de tomate se puede fraccionar en tuppers o frascos, y guardar en el freezer hasta por 3 meses. Consejo: Escribir la fecha en el envase.
Los mejores tomates para hacer salsa
No todos los tomates son iguales, y para la salsa de tomate conviene elegir los más carnosos. Acá una mini guía:
- Tomates perita: el rey de la salsa. Tiene poca semilla, poca agua y mucho sabor.
- Tomate redondo maduro: Va bien si no se consigue perita, pero hay que reducirlo más.
- Tomates cherry (muchos): Si están dulces, pueden servir para una versión gourmet.
Evitar los tomates verdes, duros o con mucho jugo. La clave es que estén bien maduros, pero no pasados.
Diferencias entre salsa de tomate, tuco y passata
Es fácil confundirlos, pero no son lo mismo. Vamos con las definiciones para el debate de sobremesa:
- Salsa de tomate: Base cocida de tomates, cebolla, ajo y hierbas. Puede usarse sola o para otras preparaciones.
- Tuco: Versión argentina-italiana con carne (puede ser chorizo, falda, osobuco, etc.), más densa y potente. Clásico de domingos en casa de la abuela.
- Passata: Puré de tomates crudo o apenas cocido, sin semillas ni piel. Ideal como base para pizzas.
8 Consejos finales para una salsa de tomate inolvidable
- Usar tomates maduros, firmes y con buen aroma.
- Blanquear los tomates en agua hirviendo 30 segundos, haciéndoles un corte en cruz, para poder pelarlos de manera fácil.
- No olvidarse del ajo. Aporta profundidad y aroma a la salsa de tomate.
- Si les gusta con cuerpo, reducir bien la salsa.
- Un toque de vino tinto al cocinar la salsa de tomate levanta todo.
- No olvidarse del aceite de oliva: Virgen extra, si es posible.
- Siempre probar y ajustar los condimentos al final.
- Dejar enfriar antes de refrigerar o envasar.
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Receta de salsa de tomate casera
Tiempo de preparación: 45 minutos
Rinde: 4 porciones
Ingredientes
- 1 kg de tomates frescos (ideales: perita)
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla mediana
- 1 zanahoria sin cascara (opcional, para la acidez)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 puñado de albahaca fresca (opcional)
- 1 cucharadita de azúcar (opcional, si no se usa zanahoria)
- 1 cdta. de pimentón dulce
- Sal
- Pimienta
Cómo hacer salsa de tomate paso a paso
- Pelar los tomates: realizar un corte en cruz en la base de cada tomate, sumergir 30 segundos en agua hirviendo, pasarlos inmediatamente por agua fría. Pelar con las manos una vez enfriados.
- Picar finamente la cebolla y los dientes de ajo. Sofreír en una sartén profunda o cacerola, con un poco de aceite de oliva hasta que estén tiernos.
- Agregar la zanahoria sin cáscara. Ya sea rallada o en dos trozos grandes (para retirar al final de la cocción).
- Incorporar los tomates pelados y picados. Condimentar con sal y pimienta. Cocinar a fuego medio durante 5 minutos.
- Bajar la temperatura a mínimo y cocinar unos 30-40 minutos a fuego bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa reduzca y espese.
- Incorporar la albahaca fresca al final de la cocción (opcional) y cocinar unos minutos más.
- De forma optativa se puede pasar la salsa de tomate por un mixer o licuadora para una textura más fina.
- Dejar reposar antes de usar. Para conservar, verter la salsa caliente en frascos de vidrio limpios, dejando unos centímetros libres. Dejar destapados hasta que se enfríen por completo. Luego tapar y guardar en el freezer.